Una tarde de paseo
me tropecé con un rey
magnifico y elegante
pero todo de papel.
Haciéndome una gran venía,
Este rey que me encontré
me regaló su corona,
que era toda de papel.
Me dijo: -En esta jirafa
iremos a recorrer
mi reino-. Y juntos nos fuimos.
Y era todo de papel.
Lo primero que encontramos
fue un inmenso buey,
que estaba comiendo un sapo;
buey y sapo de papel.
Después pasamos un túnel
y allí se puso a llover
gotitas de oro y plata.
Y todo era de papel.
El rey abrió un gran paragüas
y yo me escondí bajo él;
No te preocupes porque todo es de papel.
Y llegamos al palacio.
Más lindo no puede ser...
Lleno de torres, campanas
y princesas de papel.
Diez princesitas había,
Las diez hijas de este rey.
Todas lindas, delicadas,
pero todas de papel.
La princesita más chiquita
que se llamaba Mabel
cuidaba flores y plantas,
todas, todas de papel.
Y todas las princesitas,
tirando un largo cordel,
cerraban firme la puerta
que también era de papel.
-¿Por qué tanto cerrar puertas?,
le pregunté a mi buen rey.
Ay, hija mía –me dijo-.
Somos todos de papel.
Si alguien quiere nos arruga;
nos puede hasta romper,
o tirarnos, o quemarnos
porque somos todos de papel.
Entonces, déme –le dije-,
déme rápido un pincel, colores,
pero papel, no encontré:
todo eran flores, manteles,
sillas, mesas de papel.
Pero el rey me dio su espalda
y ahí escribí un gran cartel:
Prohibido, no se rompa,
Porque todo es de papel.
Guía de Comprensión Lectora
http://www.santillana.cl/docentes2/archivos/era_que_se_era.pdf